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Hablamos de uno de los temas más controvertidos, y que todos hemos usado en alguna ocasión. Te has caído, te has dado un golpe, o simplemente, te duele un poco el cuello. ¿Qué me pongo? ¿Frío o calor?

Frío tras un traumatismo

La mayoría de nosotros siempre hemos aplicado frío tras una lesión aguda, como podría ser un esguince, pero ¿es esto del todo correcto?

A continuación, vamos a ver las diferencias que existen entre aplicar frío o calor en la lesión aguda.

Cuando colocamos una compresa de agua fría, hielo o guisantes; el cuerpo reacciona disminuyendo esa inflamación que se ha producido, una disminución del flujo sanguíneo, del dolor y del edema, entre otras.

Enlentecimiento de la inflamación y de la regeneración

Pero, tras una disminución del estado inflamatorio, disminuimos también otras fases como son la regenerativa y proliferativa disminuyendo así por tanto regeneración muscular.

En la inflamación, se produce la liberación de macrófagos y del factor de crecimiento (IGF-1), entre otros, encargados de eliminar el daño del tejido.

El hielo no solo podría entorpecer la liberación del factor de crecimiento, sino, retrasar el proceso de curación.

Entonces, ¿el hielo no sirve?

Al igual que ocurre cuando utilizamos un medicamento antiinflamatorio, disminuimos la inflamación, y probablemente el dolor que tengamos en ese justo momento.

En inflamaciones severas y edema muy evidente, podría ser de ayuda temporalmente; hablamos de un parche a corto plazo.

Veamos antes, los efectos del frío:

  • Efecto VASOMOTOR: El enfriamiento de los tejidos provoca inicialmente una vasoconstricción rápida por vía refleja. La vasoconstricción es la disminución del diámetro del vaso sanguíneo, el vaso se contrae y disminuye el flujo sanguíneo. Cuando la aplicación de frío se mantiene el tiempo suficiente, es seguida por una vasodilatación (deja fluir más sangre). Esta vasodilatación paradójica corresponde a una hiperemia de protección: el cuerpo protege de la congelación.
  • Efecto METABÓLICO: Con la disminución de flujo sanguíneo conseguimos descenso en la actividad celular y el número de células: todo comienza a funcionar más lento.
  • Efecto ANTIINFLAMATORIO: La aplicación de frío provoca una disminución en la producción de mediadores químicos que causan la inflamación. Esto disminuye de aproximadamente en un 70 a 80% la cantidad de sustancias que provocan inflamación y dolor. Por tanto, reducción de sustancias inflamatorias, reducción de la velocidad de reparación del tejido
  • Efecto ANALGÉSICO: El efecto máximo de analgesia (enlentecimiento de la conducción nerviosa) se obtiene directamente (10-15 minutos) durante el tratamiento y durará de 30 minutos a 3 horas.
  • Efecto NEUROMOTOR: reducción de la espasticidad.

Después de conocer todo esto, ¿deberíamos seguir usando el frío? ¿o solo en momentos puntuales cuando la lesión es muy severa?

¿Qué ocurre si usamos calor?

Sin embargo, cuando utilizamos calor hacemos que aumente el flujo sanguíneo, y por tanto, exista una mayor recuperación del tejido, aumentando el metabolismo y la reparación. Sin embargo, no quiero expandir la idea de usar calor en vez de frío para la recuperación de lesiones, sino hacer entender los efectos fisiológicos que tiene cada una de estas herramientas.

Por tanto…

Conseguir una inhibición de la sensibilización a nivel central, disminuyendo el dolor; es posible tanto con estímulos fríos como calientes.

Los agentes físicos, ya sea frío o calor, no son la panacea; sin embargo el método P&L sí que podría servirnos de ayuda. ¿Lo conocías?

P&L: Método Peace & Love para la recuperación de tejido blando lesiones agudas de Blaise Dubois y Jean-François Esculier.

Entonces, ¿tú para qué utilizarías el frío? ¿Y cuando el calor?